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El servicio de rodiado permite a su reloj  en oro blanco recobrar su resplandor inicial, su blancura y su brillo. Reforzadas en su origen por una fina capa de rodio, estas cualidades se alteran con el tiempo y requieren la renovación de esta protección. Sin embargo, dado que con el pulido se retira una fina capa de metal, se aconseja practicar este servicio de rodiado sólo cuatro veces en la vida de un reloj. Además, puesto que requiere la separación de los distintos elementos, se acompaña sistemáticamente de un servicio de mantenimiento completo.
Este servicio comprende:

  • la separación de la caja y del brazalete
  • la separación del conjunto movimiento/esfera /manecillas de la caja
  • la retirada de la capa de rodio de cada pieza mediante el uso de cepillos y pastas abrasivas con el fin de obtener una superficie desnuda lista para recibir la nueva capa. Esta etapa es la más larga y más delicada, ya que hay que dar a los elementos un aspecto nuevo sin alterar su forma original
  • el acabado de cada pieza se trabaja en tres etapas:
  • fieltrado: la eliminación de los arañazos superficiales mediante el uso de un cepillo muy duro y una pasta muy abrasiva, cabe destacar que algunos arañazos profundos no pueden ser eliminados
  • pulido: el alisado de la superficie mediante el uso de un cepillo duro y de una pasta abrasiva
  • abrillantado: el resplandor final proporcionado gracias al uso de un cepillo suave y de una pasta fina
  • la limpieza con ultrasonidos de la caja y el brazalete;
  • el baño de rodio para depositar una capa muy fina de este material en la superficie de cada elemento
  • el montaje de los distintos elementos.

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